El proceso para rescatar uno de los proyectos más importantes para el suroccidente del país ha dado un paso clave. Según información oficial, ya existen actas de liquidación del contrato anterior para la construcción de la carretera Cocales–Tecún Umán, obra que permaneció abandonada durante casi una década tras haber sido adjudicada a la empresa Odebrecht, protagonista de uno de los mayores escándalos de corrupción en América Latina.
Esta nueva etapa abre la puerta para que el Estado retome el proyecto desde cero, a través de una nueva licitación pública. Para miles de comerciantes, transportistas, turistas y familias que transitan diariamente por esa ruta, se trata de una excelente noticia que puede traducirse en reactivación económica, conectividad y desarrollo para toda la región.
Sin embargo, este proceso no puede repetir los errores del pasado. El diputado Nery Rodas advirtió: “Esta vez, la carretera no se va a robar. Vamos a fiscalizar cada paso de este nuevo proceso para que no se repitan los vicios que ya hundieron esta obra una vez. Guatemala merece resultados, no excusas.”
Desde el Congreso de la República, Rodas reiteró su compromiso de fiscalización activa para garantizar que la nueva licitación sea transparente, con plazos claros y sin empresas vinculadas a actos de corrupción. “No se trata de tapar un fracaso con otro contrato, se trata de recuperar la confianza de la gente y demostrar que las cosas sí se pueden hacer bien”, añadió.